martes, 6 de septiembre de 2011


Grita el cielo,
la nube filosa
escupe un rayo.
Flota una brisa espesa,
La luz se come la dolorida oscuridad,
se hiere en un resplandor fugaz.
Las voces caen como un llanto frío,
como un silencio acuoso.
En la negra tierra,
rebotan los crujidos del cielo
como besos transparentes.
Se desviste de estrellas el espacio,
su desnudes gris,
 esconde en su piel
 el beso solar.
Desde la tierra
siento el labio frío del cielo,
el abrazo invisible del misterioso aliento...
Caen esos cantos,
se descuartizan
como un beso
en la piel del todo. 

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